Adjetivo que se aplica al material que puede ejercer una acción de abrasión sobre otro. La propiedad que caracteriza a un abrasivo es su dureza. Cuando dos cuerpos se ponen en contacto bajo presión y movimiento relativo, el cuerpo más duro produce desgaste abrasivo en el cuerpo más blando, que se manifiesta por la aparición de rayas que siguen la dirección del movimiento. La capacidad de un material de rayar a otro define la escala Mohs de dureza, muy utilizada en mineralogía. La acción incontrolada de los abrasivos, p.e. la arena, es causa frecuente del deterioro de los materiales, especialmente perjudicial es su acción sobre los componentes móviles de un sistema mecánico (cojinetes, engranajes, etc). Sin embargo, los abrasivos resultan de gran aplicación en distintos procesos de mecanización y acabado superficial de materiales. Los abrasivos de mayor interés práctico son substancias muy duras, de origen natural, como diamante, corindón, esmeril, granate, etc., o de...